miércoles, 30 de septiembre de 2009

Juventud, divino tesoro.

Somos el vehículo de nuestro material genético para su perpetuación, así se explica la atracción animal e inconsciente que sentimos hacia la juventud: por su simétrica belleza, por su salud, promesa de calidad cromosomática. La publicidad sigue explotando esa pulsión sexual que transmiten las jovencitas para sus campañas de moda.
Sin embargo, de una manera consciente, más allá de los impulsos de la parte más profunda y reptiliana del cerebro, la juventud no se encuentra tan valorada como en mayo del 68, donde la generación que luchó en la segunda guerra mundial se rindió ante el empuje de aquellos muchachos idealistas que iban a cambiar el mundo.
Hoy en día se confiesa la edad sin rubor, cuando hasta hace poco tiempo era de mala educación preguntar por ella a algunas mujeres. Hay anuncios en los que maduritas confiesan sus perdidas de orina post-menopausicas, los cuarentones luchan contra la impotencia y la eyaculación precoz, los abuelos se van de vacaciones a exóticos destinos y en definitiva, existe un amplio mercado destinado a este sector de la población, que lejos de querer retornar a la adolescencia, disfrutan ampliamente de la capacidad adquisitiva y de la libertad de supermercado que el capitalismo consumista les ofrece.
Mientras, en las aulas, torturamos a nuestra juventud, con materias del siglo pasado ajenas a ellos y nuestra época. Les tratamos como discapacitados mentales, prolongando la educación obligatoria hasta los 16 años, imponiendoles una autoridad casi militar y criticando su pasividad ante estos desmanes, como si les pusiésemos a prueba para comprobar que son capaces de tolerar eso y más.
Ante lo desconocido, como es la mente cambiante de un adolescente, el miedo de la madurez se impone ferozmente: Con apenas 18 años Los Beattles actuaban en el Cavern Club, con 24 años The Clash alcanzaban el éxito, con 20 años The Who hablaban de su generación, etc. si hoy en día tubiesemos ejemplos de este tipo poco menos que les prohibiríamos publicar un LP por ser menores de edad. Ahora nos deleitamos con los soberbios conciertos de ancianos como Leonard Cohen, los Rolling Stones y Miguel Rios, porque estos si que son buenos. Hasta los abanderados de la música joven, como Fito, Los Planetas, La Oreja de Van Gogh, etc. no predican con el ejemplo resultando tan desconcertantes como John Travolta y Olivia Newton-John estudiando en la High-School de Grease.
La juventud no interesa, con un poder adquisitivo mermado y sin futuro, más allá del mercado mileurista que se les ofrece (Ikea, Ryanair, Zara, etc.) de consumo instantáneo, lo único que producen es perplejidad y miedo: Eternos adolescentes que no van a superar el nivel de vida de sus padres, hedonistas que se adaptan a los modestos placeres del capitalismo neoliberal, renuncian a caulquier responsabilidad o proyecto de futuro, cambiando a los hijos por el perro para calmar sus instintos maternales, la hipoteca por el piso compartido, el matrimonio por el arrjuntamiento y los amigos de toda la vida por la superficialidad de Facebook o Twenty.

martes, 29 de septiembre de 2009

Tengo una corazonada...por Rio de Janeiro



¿Alguien se acuerda de cuando trajeron el Womad a Madrid? Hace ya cuatro años, las malas lenguas decían que el Ayuntamiento lo hacia para promocionar la candidatura olímpica de Madrid 2012, así lo hizo Barcelona y ¡Fijajte tú la que montaron! Así que el sortilegio trajo a la Casa de Campo a Enrique Morente y Buika y los juegos olímpicos a Londres, después del bochornoso rapapolvo del Principe Alberto de Mónaco.
Estamos en las mismas, la obstinación personal de un alcalde nos trae aquí de nuevo, con un proyecto que de cara a la galería todo el mundo apoya, pero que en petit comité no se cree nadie: La rotación de continentes, Obama en Copenague apoyando a Chicago, Lula que ha conseguido el apoyo de América latina y que una vez más Europa no nos va a votar, provoca que nuestros políticos hagan el ridículo por ahí o por lo menos, pasar un fin de semana con todos los gastos pagados en Dinamarca.
Esta vez ha tocado la demostración de entusiasmo multitudinario en la Cibeles, ya se sabe, a los madrileños les encanta sujetar cartulinas. A mi estás exhibiciones me recuerdan a los juegos olímpicos de Berlín 1936, lo que pasa que cambiamos a Leni Riefenstahl por Bisbal ¡Así nos va!.
Yo voy a coleccionar todo el merchandaising posible, porque dentro de unos años serán articulos vintage, como las camisetas de naranjito.
Pues es verdad que tengo una corazonada ¡Que no nos la dan! Ojalá sea para los brasileños ¿Os imagináis qué olimpiadas? ¡Con las marcas más bajas de la historia del olimpismo!¡Los deportistas exhaustos de tanta garota, de la playa de Ipanema, de tanta samba ¡Me apunto!.
Que no desespere el alcalde, que para el 2020 tenemos más posibilidades... por aquello de la rotación de los continentes ¡Tengo un pálpito! Además, es un número llamativo y para esas fechas D. Alberto será presidente del gobierno ¡A la tercera va la vencida!.

Tarde en el Círculo de Bellas Artes

Fausto vs. Little Shop of Horrors


El otro día volví a ver "Little Shop of Horrors" la que hizo Frank Oz en 1986 y aparte de parecerme un gran musical con tintes sociales, una mezcla entre "The Rocky Horror Picture Show" y los Teleñecos, me resultó una modesta reinterpretación del mito de Fausto: Seymour-Fausto se compromete a alimentar a la canival Audery II-Mefistófeles a cambio de conseguir a la chica. Por el camino se ha perdido toda la trascendencia y ambición del frustrado pianista que vende su alma al diablo a cambio del genio: Se ha reducido a evitar la asfixiante soledad de la soltería, mucho más agobiante que una vida vulgar que no aportará nada a la humanidad. Probablemente esconderá sexo y poco más. Eso si, me quedo con la voz del demonio de los Four Tops.

Nueva Gripe o Gripe A




Me encantan las teorías de la conspiración: Una mano oscura y poderosa es la causante de todos nuestros males para conseguir sus fines egoístas. Antiguamente estas terribles maquinaciones se debían al diablo, a los judíos, a los banqueros, a los masones, al lobby de turno, al yanqui imperialista o a diferentes combinaciones de las anteriores. Como Golum-Smigol en "El Señor de los Anillos" hay una vocecilla esquizofrénica susurrándote al oído ¡Ellos son los culpables, ten cuidado! que pretende pasarse por nuestra conciencia disfrazándose de instinto de supervivencia.
La gripe A o nueva gripe huele a conspiración: En primer lugar la aséptica y eufemistica denominación que se le da a la enfermedad en este país con una poderosa industria cárnica porcina (ellos son los culpables); en naciones tan infieles como el Reino Unido, Estados Unidos, etc. sigue siendo muy porcina la dichosa gripa (y no digamos en Israel o en paises musulmanes ¡Antisemitas!).
El miedo siempre ha sido utilizado por el poder para inmovilizar a las masas, como se demuestra en "Bowling for Columbine" de Michael Moore. La tentación de amenazar con una nueva Peste Negra que extermine al consumista mundo occidental no ha pasado desapercibida a multinacionales farmaceuticas y banqueros (¡Qué malos que son!): Lo intentaron con la gripe aviar, con la viruela, con las enfermedades exóticas que traen los inmigrantes, etc. y por ahora parecen más preocupados los gobiernos por vender una vacuna que no existe (o si... el Tamiflu) y los bancos, que han colgado a las puertas de sus inmaculadas oficinas carteles advirtiendo de inminente peligro y las medidas de limpieza que los potenciales clientes deberíamos cumplir (No os perdais el de la Caixa): Pobres y sucios, no es la clientela más recomendable dadas las circunstancias actuales, no tendremos dinero pero por lo menos estamos vivos para disfrutar de nuestra feliz indigencia (¡No todos vamos a ser ricos!).

Sólo espero que al final de la epidemia, igual que en la Florencia del siglo XIV, surja una Edad de Oro que justifique las víctimas de tan turbios intereses.

lunes, 21 de septiembre de 2009

ESPANTO + AJO = ESPANTAJO

Tarde en el Círculo de Bellas Artes

sábado, 19 de septiembre de 2009

Crepúsculo

Cerbero Atocha se encontró con el cuerpo tirado sobre la acera justo en el momento que iba a cruzar la calle. No había nadie pero le extrañó que a pesar de su retorcida posición, nadie hubiese parado a socorrerle o al menos saber que le sucedía. Se acercó lentamente e intentó percibir algún signo vital. Aunque tenia prisa, la curiosidad hizo que intentase reconocer a aquel señor que podía ser su vecino. Extendió la mano y cuando casi le tocaba un grito sordo le asustó "¡No!" corrió a esconderse y ocultó trató de comprobar quien le había increpado, levantó más la cabeza y pudo ver al cuerpo que seguía inmóvil. Siguió esperando, sin descubrir nada nuevo. Cuando oyó unos pasos que se acercaban, alguien se agachó sobre el cuerpo y sólo se atrevió a repetir "¡No!".

PD.: Reintrepretación de el relato de Benedetti "Vivir adrede".

Leonard Cohen


A pesar de la austeridad del montaje, el suelo estaba cubierto con alfombras persas, consciente que en el teatro las tablas son tan visibles como el escenario. Les dio buen uso, por que sus rodillas no dudaron en apoyarse en su estampada superficie innumerables veces. Signo inequívoco de lo mestizo que resultó el concierto, donde se mezclaron los temas con humo de las alcantarillas de la gran ciudad con el lejano y enemigo oriente. Siempre humilde, el maestro no dudó en descubrirse ante el indudable genio de sus músicos venidos de los cuatro puntos cardinales. A pesar del dramatismo de alguna de sus canciones, la sonrisa del viejo poeta iluminó el enorme palacio de los deportes con una sinceridad y entrega que raras veces se siente en semejantes actuaciones y artistas. Su voz de oro nos suministro una lección de modestia, sencillez, elegancia y genio; más allá del precio astronómico de la entrada, el maestro nos dio liebre por gato.

martes, 15 de septiembre de 2009

RE-EVOLUCIÓN

lunes, 14 de septiembre de 2009

Situación en el mundo

Buscando un lugar en el mundo se encuentro en un punto del mapa, tan absurdo como su propio nombre, pero sabia que a él pertenecía. Para no perderse en su largo divagar, se guió por los nombres del listín telefónico.