La somanta de palos que les calleron a aquellos hippies de las bicis fue soberana, cuando la civilizada policia vio a aquellos "antí-sistema" presentarse en la Dam Platz, cortando el tráfico de la ciudad.
Años después, resultó que la idea de peatonalizar el centro de Amsterdam, la hizo una de las ciudades más agradables del mundo cuyo modelo se pretende exportar a cualquier lugar con un mínimo de ínfulas (vease Zaragoza, Sevilla, Barcelona, etc.); tambíen es verdad que alguno de aquellos alocados chavales cuyos padres les pagaron el "verano del amor", ahora son los barrigudos consejeros de alguna Comunidad Autónoma.
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