Debido a mi orgullo proletario y solidaridad social, en su día me hice autónomo para declarar a Hacienda los posibles proyectos en mi calidad de profesional liberal. Haciendo cuentas, descubro que la honradez la he pagado muy cara. Los proyectos que me salieron no fueron enormes promociones en la costa, el museo de una localidad extrañamente enriquecida o la restauración de una catedral ¡Ni mucho menos! Todo fueron favores a amigos que me necesitaban para visar proyectos y pedir licencias de obras, más que por mi condición de hábil arquitecto. No obstante, en mi esperanzada ingenuidad, yo siempre estaba preparado.
Al año nunca supone más de un total de mil euros netos de beneficios a lo que hay que restar seguro social (300 euros/mes), declaración IVA, seguro responsabilidad civil (100 euros/mes) más otros gastos... en conclusión, pierdo dinero.
Dios aprieta, pero no ahoga, pero el fisco machaca sin piedad: Fui despedido de la empresa para la que trabajaba y cuando fui a solicitar la prestación por desempleo la seca funcionaria me anuncia que no me corresponde al ser mi última situación laboral la de trabajador autónomo. Todos estos años cotizando y ahora resulta que no puedo cobrar por algo que nunca me dio dinero. Me contrataron por un mes y entonces me concedieron el dinero que durante cinco años me habían retenido a cuenta, pero otro susto me esperaba.
En un descuido, olvidé realizar el resumen anual de retenciones realizadas ¡Un fallo, lo reconozco! pero quiero destacar que esta es una declaración INFORMATIVA, los pagos al fisco fueron realizados correctamente ¡Mea culpa! recibo la notificación de la implacable sanción que se me iba a imponer y literalmente os muestro el resumen:
Al confirmarse la comisión de la mencionada infracción, la sanción que se le impone es la que se detalla a continuación:
Número de datos de la declaración: 1
Sanción mínima por dato: 20,00 euros
Sanción resultante: 20,00 euros
Mínimo legal: 300,00 euros
Reducción del 25%:
Sanción reducida: 225,00 euros
Y esto lo firma un tal Jose Luis Martinez Serrano, administrador de no-se-qué, sin que se le caiga la cara de vergüenza: Si por mi error le corresponde una sanción de 20 euros... ¿los 280 euros restantes a qué corresponden? La próxima vez procuraré ser mucho menos cuidadoso y, por lo menos, merecer el total de una sanción mínima (300 euros, no lo olvidéis).
Una vez más la legislación vigente se muestra completamente ajena a la realidad, insensible a los contribuyentes e inútil con sus leyes. El único consuelo que me queda es que hacienda somos todos y estos 225 euros (que no tengo) irán destinados al bien común del estado español.
Como decía mi profesora de física de segundo de B.U.P. "No os caséis hijas mías"
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